Raota retrató gauchos, niños, obreros, ancianos, campesinos y familias. Lo hizo en la Pampa, en los Andes, en los países del Este de Europa, pero también se recreó con igual soltura ante paisajes de relevante teatralidad, ante imágenes de un fotoperiodismo de gran precisión o con creaciones cuya composición desafía la imaginación del espectador
Adelantándose a las técnicas digitales, Raota plasma retazos de una realidad que parecen sacados de un escenario teatral, cuyos protagonistas tienen una desgarradora fuerza en su mirada. Sólo la elegancia de los encuadres y el tamiz de la luz parecen poder competir con el magnetismo de los ojos, reclamo del alma de los seres que pueblan sus fotografías.
Por Mikel Muez para El Pais Cultural, España.
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